lunes, 17 de marzo de 2008

Ciencia y desarrollo ¿en beneficio de los privilegiados de la sociedad?


Continuando con el tema iniciado en un post anterior sobre el libro “La Senda del aprendizaje en Latinoamérica: opción moral”, el cual un grupo de amigos se encuentra estudiando en conjunto, quisiéramos profundizar algunos de los temas presentados. En ese comentario anterior hacíamos referencia a la interacción entre nuevas estructuras y el proceso de generación de conocimiento en el proceso de desarrollo, y como el autor invitaba a los actores sociales a convertirse en facilitadores de procesos de aprendizaje entre las masas de la sociedad latinoamericana. Pero, ¿cómo realizar una tarea de tal magnitud? ¿Qué tipo de nuevas estructuras privilegiar? ¿Y en qué fuentes de conocimiento centrarse?

En el libro el autor presenta la experiencia de la “Universidad Rural” desarrollada en Colombia, como una forma de llevar a la práctica los conceptos planteados. Pero ésta no sería una universidad común y corriente, caracterizadas generalmente por ser simples instrumentos de modernización por transferencia: “Las tareas de la universidad rural se definieron en términos de poner en marcha en la región una serie de procesos de aprendizaje, aspirando a que el conocimiento generado con la población pudiera crear y aumentar las fuerzas necesarias para resistir la desintegración social y, finalmente, lograr un cambio positivo. El hecho de que existiera una institución propia de aprendizaje en vez de unos servicios de educación provenientes de afuera, tenía para nosotros una trascendental importancia. Entre otras cosas, sosteníamos que la falta de estructuras apropiadas que permitieran la participación de la gente en la generación y aplicación del conocimiento, conducía fácilmente a un manejo de la ciencia en beneficio de los privilegiados de la sociedad, para responder únicamente a los intereses de las ideologías sociales predominantes que básicamente desconocen las necesidades y aspiraciones de los campesinos.” (p. 47-48).


El autor y el grupo de colaboradores en FUNDAEC fueron generando a lo largo de dos décadas una serie de investigaciones y experimentos en metodologías y materiales, que llevaron al surgimiento del Sistema de Aprendizaje Tutorial, o SAT, uno de los principales medios que permitirían a la Universidad Rural impulsar procesos profundos de aprendizaje entre los habitantes tradicionalmente marginados en la región, generando un diálogo de saberes: “La Universidad Rural sería entonces un espacio en el cual interactuarían en forma saludable dos sistemas de conocimiento, uno moderno con toda sus sofisticación, y uno tradicional, perteneciente a la gente de la región, produciéndose de este modo unos procesos de desarrollo importantes desde el interior de la propia población rural.” (p.48).

En el siguiente post podremos explicar con más detalle en qué consiste el SAT, que se ha expandido a diversos países del mundo, y algunos de sus resultados y logros. Por ahora los invitamos a opinar sobre esta relación entre ciencia, generación y aplicación de conocimiento, desarrollo y justicia social.

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