En su artículo, Andrés Monares comienza haciendo una afirmación tajante sobre el pensamiento económico moderno: de una corriente económica particular, la economía moderna liberal, o neoliberal, ha pasado a ser considerada en la actualidad como La economía, una especie de verdad absoluta sobre la cual no habría duda u opción. De la existencia de múltiples visiones sobre la economía en el pasado, surgidas de distintos contextos socioculturales y una diversidad de problemáticas y necesidades, se ha impuesto una única visión, la cual ha sido aceptada concientemente por todos como natural y esencialmente universal.
"La teoría y proyecto económico del libre mercado autorregulado de aquellos singulares filántropos, son ahora verdades absolutas sostenidas por la científica Economía Moderna. Sólo quedaría llevarlas a último término en la realidad. De haber algún desajuste o producirse alguna 'externalidad negativa', se deben sanar los estragos causados por el libre mercado con más libre mercado. No hay otro camino ni posibilidad de lograr bienestar fuera de esa única vía. Con la imposición mundial de ese tipo de economía como la economía, se ha llegado a una paradójica situación posible de describir parafraseando a Immanuel Kant: los médicos están tranquilos porque el enfermo se está muriendo de buena salud."
Sin embargo, lo que olvidan quienes persiguen este conjunto de recetas a "ciegas" es que toda teoría científica contiene supuestos sobre la naturaleza humana, las que no pueden ser necesariamente aplicables a cualquier contexto sociocultural. Tal como analiza el economista Kundu en el artículo que hemos puesto a disposición en este blog también, de acuerdo con Monares la economía moderna visualiza al ser humano como un individuo egoísta esclavo de sus deseos personales, un supuesto que no es armónico con la mayoría de las concepciones culturales del hombre:
“Se parte de un principio inamovible: cuando la persecución egoísta e individualista de lucro es liberada de intervenciones externas y dejada al arbitrio de la ‘mano invisible’, conseguirá inevitablemente el lucro y el bienestar material. Es decir, la nueva definición moderna del ‘bien’.”
Este es uno de los campos en que el discurso sobre ciencia, religión y desarrollo puede aportar en nuestra reflexión sobre la economía y el desarrollo:
¿Qué otros modelos económicos pueden ser generados a partir de una concepción de ser humano más integral?
¿Qué tipo de ciencia económica puede surgir desde una concepción de desarrollo que busca la coherencia entre lo material y espiritual?
“Se parte de un principio inamovible: cuando la persecución egoísta e individualista de lucro es liberada de intervenciones externas y dejada al arbitrio de la ‘mano invisible’, conseguirá inevitablemente el lucro y el bienestar material. Es decir, la nueva definición moderna del ‘bien’.”
Este es uno de los campos en que el discurso sobre ciencia, religión y desarrollo puede aportar en nuestra reflexión sobre la economía y el desarrollo:
¿Qué otros modelos económicos pueden ser generados a partir de una concepción de ser humano más integral?
¿Qué tipo de ciencia económica puede surgir desde una concepción de desarrollo que busca la coherencia entre lo material y espiritual?
Algo similar es lo que propone Monares, quien recuerda que sólo una visión inter o transdisciplinaria del conocimiento puede ayudarnos a salir de la encrucijada actual, superando la noción de economía como pensamiento único, e investigando acerca de nuevos modelos económicos que tomen en cuenta los aportes de la moral o la ética, las ciencias sociales y culturales, y las ciencias físicas y biológicas, abarcando con mayor amplitud la complejidad de la realidad humana:
“La estructura social de un grupo permite y/o facilita materializar y reproducir un sistema productivo-comercial; y es su moral, la cual al darle sentido, lo legitima y consecuentemente lo fomenta. Sin una estructura social, política, religiosa, filosófica y moral las ideas productivo-comerciales no tendrían cómo concretarse. No serían comprendidas ni aceptadas y, por tanto, no serán impulsadas ni puestas en práctica. Más allá de cuestiones de índole material o tecnológica, no podrían ser llevadas a cabo por no responder a los criterios ideológicos y morales del grupo. Por tanto, se insiste, es de la mayor importancia recordar que ante todo la Economía es y debe ser una disciplina sociocultural. En otras palabras, empírica en sus fundamentos y con un permanente espíritu empírico en su quehacer.”
Los invitamos a leer el artículo completo de Monares en los links de nuestro blog.
Daniel Duhart S.
Los invitamos a leer el artículo completo de Monares en los links de nuestro blog.
Daniel Duhart S.
1 comentario:
Muy interesante el artículo Daniel. Encuentro muy llamativo como la ciencia siempre se burla de la religión por la adopción de "dogmas sin sentido" cuando en el mismo desarrollo de la ciencia económica se han adoptados estos dogmas. Sin sentido debido a que olvidan que el propósito principal del bienestar económico es servir a la humanidad. Estoy esperando atentamente los próximos post ya que siempre es refrescante de saber de más personas que comparten esta visión "alternativa" de desarrollo.
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